Saltar y
girar en el aire montado en un cicla o en una tabla es arriesgado, pero hacerlo
debajo de un puente vehicular y sin protección es más 'heavy' para estos
acróbatas de la calle,
Desde hace
un tiempo, las rampas de cemento construidas bajo estas estructuras para evitar
los cambuches de la indigencia se convirtieron en campos de entrenamiento para
amantes del monopatín (skaters) y del BMX calle, una modalidad acrobática del
ciclismo (bikers).
"Son lugares que se prestan para hacer trucos y piruetas", dice
William Vargas mientras monta una cicla de cinco millones de pesos, 'engallada'
para este tipo de prácticas callejeras.
Junto a él, cuatro de sus 'parceros' -no mayores de 20 años- esperan turno
debajo del puente de la avenida 68 con autopista Sur. De paso, quieren
despertar a un habitante de calle que duerme en el suelo.
El sonido que producen las ruedas al hacer un wallride (golpear la pared con las
dos ruedas) logró lo que no se pudo con la construcción de tales rampas:
ahuyentar a un habitante de la calle que pasaba el trasnocho.
Para Alejandro Mendoza, de 20 años, "los indigentes no son peligrosos: los
peligrosos son los engomadores o los 'ñeritos' que se hacen con bicicletas todo
terreno y miran para robar". Por eso siempre van acompañados.
Pese a que andan en grupo, no todos visten igual ni tienen los mismos gustos.
Unos escuchan rock, otros ska; algunos visten ancho, pocos entubado. Por eso,
no les gusta que los encasillen en una tribu urbana sino como practicantes de
un deporte extremo: el BMX.
Entre ellos hablan poco, la música de sus mp3 los ensordece. "Apenas
escucho alguna melodía me llega el 'ajicio', o sea, me corre toda la adrenalina
y empiezo a hacer los trucos bien y a borrar a los demás", dice Michael.
Bajo el mismo 'techo'
En medio de los malos olores, la suciedad, el ruido de los buses, carros y
camiones y de la indigencia, 'skaters' y 'bikers' comparten sus diferencias
bajo un mismo techo... o puente, para el caso.
"Entre algunos hay roces por el espacio, sobre todo en vacaciones. Uno
está montando y los skaters nos tiran la tabla, a veces a propósito",
asegura Michael Mogollón, de 17 años, quien confesó que hace las tareas del
colegio a medias para poder salir a la calle a practicar.
"Es como un estilo de vida porque uno no se pone a mirar si son punkeros,
emos, roqueros. Todos somos amigos y nos ayudamos para mejorar", confiesa
Wálter Chacón, de 20 años, que pedalea todos los días desde Bosa hasta el
puente de Venecia.
Él, el mejor de todos sus amigos, es además estudiante nocturno de la
Universidad Distrital y confiesa que el deporte le quita tiempo para su
desempeño académico. "En los primeros semestres me va regular, pero en el
último mes dejo de practicar y me pongo pilo", dice, entre risas.
Mientras esto sucedía en Venecia, a más de 100 cuadras de allí, bajo el puente
vehicular de la calle 80 con avenida 68, siete adolescentes desafiaban la
gravedad con la tabla, ante la mirada atónita de los transeúntes. Hay días en
que se cuentan más de diez en el lugar. "Siempre armamos un combo y nos
reunimos.
Además, aprovechamos las vacaciones para hacerlo más seguido", dice Sergio
Alejandro, de 17 años.
Rampas en el
bajo mundo del BMX
Como escondido, entre las calles del
barrio Fátima, en el sur de Bogotá, se encuentra Underground Park, el bajo
mundo de las acrobacias en cicla, un garaje con rampas de madera para practicar
BMX.
"No quise colocar un letrero porque el deporte extremo es un círculo muy
cerrado", cuenta Francisco Parra, a quien todos conocen como 'Max', el
dueño del lugar.
"Llevamos cinco años en el negocio. Yo practico desde los 12 años y es una
pasión que se ha ido generalizando con los muchachos", confiesa.
En el lugar, que está ubicado en la carrera 38A No. 52A -32 , por 4 mil pesos,
los 'bikers', como popularmente llaman a los que practican este deporte
extremo, pueden entrenar una hora.
"En vacaciones salgo de mi casa a las 8 am. y llego a las 10 p.m. Mi familia
sabe que es bacano. Uno está practicando un deporte y no fumando marihuana o de
barrista, eso sí es malo", dice Michael Mogollón, de 17 años,que desde
hace tres practica en Underground Park.
Entre
los deportes extremos que se pueden realizar están:
Skateboarding:
Se practica con una tabla, patineta o monopatín, sobre el asfalto o la calle.
En este lo importante es conseguir movimientos con un alto grado de dificultad,
utilizando elementos como rampas y barandillas.
BMX:
Esta modalidad del ciclismo hace uso de elementos urbanos, en el que se
realizan diversos saltos. Este deporte se divide en tres tipos: BMX Park, en el
cual se realizan movimientos en un escenario que tenga rampas con grados a gran
escala de dificultad; Dirt Jump, en la cual se deben realizar movimientos en un
terreno plano; y Street, una práctica en la que se realizan movimientos en la
calle utilizando la arquitectura de la ciudad.
Rollerskating y/o
Rollerblading: En esta modalidad extrema del patinaje se
utilizan patines en línea corta para deslizarse sobre rampas adaptadas y
diseñadas especialmente para esta práctica.
Parkour (Freerun):
Consiste en desplazarse de un punto a otro usando las habilidades del cuerpo,
sobrepasando obstáculos como vallas, muros, vacíos. Este deporte se realiza en
ambientes urbanos o naturales.
Para
los amantes de los deportes extremos, estos son los escenarios en la ciudad para vivir la
adrenalina:
Skate
y el Roller: El
escenario para estas dos prácticas está en el Parque Cedritos, ubicado en la localidad de Usaquén.
Skate, Roller y Biker:
Las pistas para realizar estas actividades están en los Parques Lourdes Guavio, Tunal, San
Cristóbal y Villas de Granada. Para estas sólo necesita tabla,
patines y bicicleta.